Bueno ya ha pasado una semana desde que iniciamos nuestro Reto Cero comida a la basura y hoy nos toca dar el siguiente paso.
Si has ido apuntando todos los restos de comida tirados durante la semana o, mejor aún, lo tienes en una bolsa a la vista, podrás hacerte una idea de lo que significa esto a lo largo de un mes, de un año y de toda una vida.
Ahora, para intentar ponerle freno, vamos con la segunda parte del reto: el análisis.
Hace unos años, mientras iba en el coche, hablaban en la radio de los kilos de comida que tiramos cada día a la basura. Aquello me marcó profundamente.
Creo que fue entonces cuando empecé a comprender el gran peso que tenemos cada uno de nosotros individualmente en el mundo que nos rodea. Influímos en la basura que se genera y también en el excendente de comida que se fabrica y que hace que suba su precio para otras personas. Influímos en muchísimas cosas inconscientemente.
La parte buena es que, cuando te vuelves consciente de todo esto, descubres que tienes un gran poder. Tienes el verdadero poder de cambiar el mundo.
Y eso es lo que vengo a traerte hoy con un nuevo reto. Un reto en el que te pido que sumemos nuestro poder y que me ayudes a cambiar el mundo. A partir de hoy empezamos el reto Cero comida a la basura.
Si me sigues habitualmente, seguramente conocerás mi cruzada contra los productos tóxicos de limpieza. Desde mucho antes de empezar este proyecto, siempre tuve claro que la ecología no estaba reñida con un buen cuidado del hogar y me empeño cada día en demostrarlo.
Gracias a esa búsqueda, he redescubierto el bicarbonato y el vinagre y ahora trato de compartir esos conocimientos con la mayor cantidad de gente posible.
