Trucos y métodos para organizar y ordenar tu cocina, tus armarios y, en general, tus espacios, tomar el control y sentirte cómoda y tranquila con lo que te rodea.
Como te enseñé la semana pasada en un Antes y Después: de terraza atestada a biblioteca y alacena, tener una terraza cerrada o abierta, no tiene porqué significar tener un trastero extra.
Ese espacio nos puede dar mucho más de sí. De hecho, estoy segura de que te encantaría tener una terraza espectacular, un sitio donde relajarse y disfrutar, en lugar de un trastero.
Vamos a ver cómo conseguirlo.
La entrada de casa, o hall para los más internacionales, es un punto neurálgico en tu hogar, una declaración de intenciones y la carta de presentación de tu casa. Conseguir tener la entrada organizada y en orden es un reto que suele ser más difícil de mantener de lo que piensas.
Un hall bien organizado y con los elementos correctos hará que tu día a día sea más agradable y tranquilo y te ayudará muchísimo a que el resto de la casa disminuya su caos.
Hoy volvemos con #quieromicasaenorden, y te traigo el caso de S, que quiere devolver su armario a la senda del bien.
Es difícil porque nuestro presupuesto es casi nulo y el armario, aunque bonito por fuera, está desnudo por dentro y es muy grande.
Sabes que cuando organizamos, siempre hay cosas que comprar como estanterías, cajas, separadores… pero hoy intentaré mantenerme lo más low cost posible.
Hoy te traigo un caso real como la vida misma. Porque está muy bien eso de la teoría y los tips pero lo mejor es ver como se consigue un cambio en una situación de verdad.
La familia de la que te hablo hoy tiene una terraza en forma de L y, como pasa en muchísimos casos, la utilizaron para guardar cosas sin tener antes ningún plan predeterminado.
Así, fueron poniendo una caja hoy, unos papeles mañana, hasta que se les fue de las manos.
Después de un tiempo organizando casas, me he dado cuenta de que el problema más común para tener la casa en orden es que no se sabe claramente dónde debe ir cada cosa. Tenemos que pensar demasiado y, al final, por duda o por cansancio, lo dejamos encima de la mesa o en una esquina hasta que le encontremos un sitio.
Seguramente es una situación que te suena, te habrá pasado muchas veces. A mí también y a muchísima gente. Esto es porque, como te conté en ¿Por qué usar un método de organización?, nadie nos enseña a poner orden en los espacios. Pero hoy vamos a empezar a poner fin a ese problema.
